Es incuantificable cómo la
visión integradora de “la carta de la tierra” nos toca en las más íntimas
fibras de la conciencia, y pone en juego nuestro rol como administradores de
proyectos en la difusión y cumplimiento de sus principios, así como nos enseña
a reconocer la existencia de una comunidad global basada en valores, que busca un
mundo más equilibrado en términos del cuidado de la naturaleza, las riquezas y
la paz.
Lamentablemente, aunque
vivimos en un mundo más globalizado e interconectado, muchas veces seguimos
siendo personas insensibles y egocéntricas, que solo pensamos en nuestro beneficio,
ó en el beneficio de nuestra corporación, negocio ó compañía, y no fijamos en nuestros
objetivos y metas el bien común de toda nuestra raza.
Debemos tomar conciencia de
la importancia de nuestro papel como administradores, ya que como su nombre lo
indica, administramos personal, recursos naturales y recursos económicos, para llevar a
buen término nuestros proyectos; y es precisamente allí, en el buen manejo y
aprovechamiento de estos recursos, donde podemos empezar a aportar nuestro
granito de arena; aplicando los principios de “la carta de la tierra” en todo
nuestro proceder. Debemos promover la diseminación, el aval y la implementación
de “la carta de la tierra” en nuestros proyectos, en nuestro grupo de trabajo,
en nuestro hogar, en nuestra sociedad y nuestro sector de negocios, y así mismo
alinear los entregables de nuestros proyectos al beneficio y mejoramiento
continuo de nuestro planeta y nuestra sociedad.
Tal como lo indica “la carta
de la tierra”, debemos apoyarnos en el nivel de intercomunicación que poseemos
en este momento a través de las TIC, para interiorizar, que aunque somos
ciudadanos de diferentes naciones, lo somos de un mismo mundo, y que el impacto
que pueden generar nuestros proyectos repercutirá en los ámbitos local y
global, ya que se encuentran estrechamente vinculados. Debemos agregar
objetivos de valor a nuestros proyectos, de manera tal que una vez satisfechas
las necesidades básicas, busquen el desarrollo humano de los implicados,
priorizando el desarrollo del ser y no de las riquezas (Ser más y no tener
más).
Actualmente laboro como Ing.
de proyectos en una importante compañía de la industria del petróleo de mi
país. Mentiría al no reconocer que las compañías de este sector generan
consecuencias directas sobre el ambiente, entre las que destacan las emisiones
atmosféricas, los efluentes líquidos y los desechos sólidos y peligrosos. Pero
también debo abonar que en los últimos años estas industrias han comenzado a
preocuparse por los asuntos ambientales, buscando minimizar los impactos sobre
el ambiente, las comunidades y las personas. Como Ing. de proyectos en esta
compañía, debo alinear los objetivos y entregables de mis proyectos a una
estrategia que vincule un Sistema de Gestión Ambiental (SGA) que me permita
cumplir con los principios de “la carta de la tierra”, ya que la aplicación de
un SGA posibilita mejorar la actuación ambiental y lograr las metas económicas, porque se enfoca
en la búsqueda de un desarrollo sustentable bajo un esquema eco-eficiente.
Además vale la pena resaltar, que en este mundo que cada vez se concientiza más
acerca de los problemas ambientales, una de las ventajas que adquieren las
empresas que controlan los problemas de contaminación, es que mejoran su competitividad y la de sus
productos; así que como administradores de proyectos, se nos facilita mas
vender a nuestros directivos proyectos eco-eficientes.
Otra de las acciones que
podría tomar como Ing. de proyectos en pro del cumplimiento de los principios
de “la carta de la tierra”, es vincular a la lista de vendedores (Vendor list),
empresas que desarrollen sus productos bajo un esquema eco-eficiente, además de
apoyar el desarrollo de proyectos que promuevan la generación de empleo, el
desarrollo de planes de equidad y fomento del desarrollo personal y profesional
entre los trabajadores y la motivación al uso de planes sostenibles y amigables
con el medio ambiente en las empresas contratistas y subcontratistas
(Reutilización de materiales, clasificación de desechos, etc).
Cambiar el modus operandi de
nuestras compañías no es una tarea ni fácil ni a corto plazo, pero creo que
vale la pena intentarlo; como administradores de proyectos tenemos poderosas
herramientas en nuestras manos para que algún día la carta de la tierra sea una
realidad en nuestras vidas y se vincule como un ítem mas a cualquier plan o
estrategia de control y administración de proyectos.